Canal Afinsa: 11.11.12

¡VA POR VOSOTROS…!

Tras el desconcierto propio de los primeros días desde la fatídica intervención, mi ánimo comenzó a serenarse poco a poco conversando durante horas con Mila sobre las alternativas que se nos ofrecían, y tomamos la decisión de unirnos de inmediato a otros grupos resistivos, al comprender que se trataba de una canallada maquinada desde lo más alto del Estado.

Como sabéis, me gusta componer rimas y adaptar letras de canciones populares, a historietas concretas. Aunque no estaba uno para fiestas, recuerdo que elaboré una estrofa de la célebre copla de la tuna “Clavelitos”, que antes del estribillo decía “♫…Y luego cuando ya vi, que me quedé sin dinero, enseguida comprendí que intervino Zapatero… ¡Clavelitos, clavelitos... etc.  ♪”. Alguna que otra coplilla de este y otro tenor coreamos con los compañeros frente a la sede del PSOE, en Ferraz. Era contra el gobierno socialista, contra quien deberíamos orientar nuestras andanadas.

Ardua tarea la que nos propusimos, porque se trataba nada más y nada menos que de enfrentarnos a unas decisiones tomadas desde el Gobierno del PSOE,  que se nos antojaban de una gravedad extraordinaria, pero de las que desconocíamos sus verdaderas consecuencias. Lo teníamos muy claro:era contra el gobierno socialista, contra quien deberíamos orientar nuestras andanadas.

Un análisis sensato de la situación me hizo ver inmediatamente que se  había cometido una barbaridad de enormes proporciones contra un colectivo de miles de ciudadanos, y que había muy pocas posibilidades de que se volviera atrás, porque considerada la dimensión del  problema, era dificilísimo volver a llevar las aguas a su cauce; eso equivaldría a que alguien tuviera que reconocer su error y con la soberbia que acontece al político español, tal planteamiento era totalmente descartable.

Así las cosas, nuestras reuniones con los de la gaviota no se hicieron esperar. Unos y otros, fuimos contactando con diputados y senadores Populares, a los que se les informó de nuestra situación. Uno tras otro nos escuchaba y tomaba posiciones de nuestro lado, más por convencimiento de la atrocidad cometida -ahora lo sabemos- que por compromiso. Todos a una, como el que recita un mantra, vinieron a coincidir que desde la oposición resultaba imposible hacer un frente común, si no teníamos una Sentencia que demostrara el atropello.

Nuestros esfuerzos consiguieron elaborar un ariete para interponer seriamente una Querella judicial contra el mismo Estado, al tiempo que abonábamos el huerto de los Populares procurándoles frutos en forma de votos, para las Elecciones Generales de 2011. Lejos quedaban ya las de 2008, cargadas de promesas favorables a nuestra causa, si alguna vez lograban acceder a la gobernación de la nación. Sin embargo, en aquellos comicios,  la fortuna no sonrió a los gavioteros.

Pues bien: todo ha sido pura falacia y engaño persistente. Ni ellos ni ningún grupo político iban a tomar cartas en nuestro asunto, porque todos a su manera, por acción o por omisión e incluso por indiferencia, cuanto no por consentimiento, tuvieron algo que ver con la atrocidad;  por el principio espurio del hoy por ti y mañana por mi, los tontos de los sellos, que se fastidien,  por avariciosos.

Desengaño definitivo por mi parte con los políticos de cualquier color, y acopio de fuerzas para seguir luchando y sacar adelante la restitución de los bienes que se nos habían expoliado. Por un principio de justicia; por Mila, por mi, y porque en esta lucha, y a lo largo del tiempo, dejaron su vida en el camino muchos compañeros que se nos marcharon con el sinsabor de no haber logrado solución a sus respectivos empeños.

Quiero recordar aquí a Juanjo Uribe, a Iñaki Lasala, y a Gloria Baqué. Ellos también emprendieron con ahínco su lucha por saber la verdad de lo ocurrido, y nos dejaron. Definitivamente, los dos primeros, y postrada en cama sobreviviendo con una existencia vegetativa, nuestra querida Gloria.

Por ellos y por los demás inocentes con sus vidas destrozadas por el escarnio cometido con todos nosotros, mi esposa, y yo con ella, dejamos a un lado  nuestro interés por rescatar exclusivamente las inversiones, para anteponer nuestra dignidad quebrada al dinero; exigiéndonos a nosotros mismos recuperar la dignidad como ciudadanos ahorradores y cumplidores con nuestros deberes, exigiendo justicia con la empresa saqueada, antes que nuestro capital incautado. No quedaríamos conformes si no recuperábamos ambas cosas a la vez, y se hacía justicia con Afinsa, en el orden expuesto.

Por eso, cuando leía las Sentencias que hemos publicado -primero la de Ausbanc y después la de Dª Mónica Carretero- y comprobaba que por ese camino íbamos a conseguir nuestro objetivo, me pareció estar casi tocando con las yemas de mis dedos, el reconocimiento deseado.

Y miren ustedes por dónde, estos – los jueces - también fallaron. Se han quedado cortitos. No se han atrevido a la extirpación definitiva del mal cuando teniendo al paciente abierto en canal y bien localizada la tumoración, lo abandonaron en la mesa para que otros profesionales cosieran los tejidos y lo vendaran, sin atreverse a arrancar el tumor de sus entrañas.

Ni nos han restituido la dignidad, se han limitado a señalar el camino para rescatarla- ni nos han devuelto nuestras inversiones porque les ha faltado eso de lo que generalmente se carece cuando hay que coger al toro por los cuernos y abatirlo en tierra: "tacones".

Y ahora, cuando pueda rescatar mi filatelia ― que hasta ahí han podido llegar los bizcochables  miembros del tribunal ―, seré yo quien blandiéndola a los cuatro vientos, con toda mi dignidad, tenga que ponerme con los sellos en alto frente a la Mona de Atapuerca, frente al Mono Asesino; frente al Bobo Solemne y frente al insípido Moraleda y el tontolhaba  de Pepiño, para decirles que a mí no me estafó Afinsa; que en mi mano tengo la prueba de lo que compré. A mi me estafaron ellos e impidieron que se desarrollaran las actividades lícitas en bienes tangibles que llevaban en marcha  más de veinticinco años,  arruinando con ello a cientos de miles de ciudadanos y siendo la causa del fallecimiento de nuestros amigos y de muchos cientos de anónimos compañeros más.

Ya me hubiera a mí gustado agarrarme a la cintura de Mila y poder elevar nuestra vista a los cielos, extendiendo nuestras manos al frente sosteniendo unas copas de vino de mi tierra entre nuestros dedos, y con el orgullo del deber cumplido, haber brindado por Juanjo, por Gloria , por Iñaki, diciendo: ¡Va por vosotros…!  

Pero para eso, seguramente que aun nos falta algún camino que recorrer.

Con la ayuda de Dios, lo recorreremos.

Rafa  

(Enlace a "Plataforma Víctimas Terrorismo Económico y Financiero")