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“Chabolas con wifi”: así será España en apenas un par de años"
Un hombre busca enseres en un contenedor del centro de Madrid. (Reuters/Andrea Comas) |
Estamos en el centro de una debacle que resituará a
nuestro país en la división de los desfavorecidos.
El paréntesis de
prosperidad del que hemos disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un
escenario, lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no saldremos. Así lo
explica el periodista Ramón Muñoz
(Madrid, 1964) en España, destino Tercer Mundo (Ed. Deusto) un libro
inmisericorde en el que describe con precisión nuestro No futuro. Muñoz habló con El Confidencial, y condensó sus tesis en
cinco crudos puntos:
1. Esto no es un
paréntesis. Es un cambio para siempre
“Los mercenarios del optimismo (políticos y banqueros, con la
complicidad de los periodistas) nos han estado vendiendo desde 2008 que esto es
un paréntesis y que volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no
estamos ante una crisis cíclica”. La tesis de Ramón Muñoz emparenta esta
situación con la depresión de 1929, una época que encontró su solución a través
de una guerra mundial y que, por tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna
acerca de cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que “vamos a vivir un
retroceso brutal en lo que pensábamos que era un estado del bienestar para
siempre”.
2. Afectará a todo el
mundo y caeremos en la marginalidad
Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se
mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de la recesión en
toda su intensidad (en general, los ligados a sectores en declive y el trabajo
de baja cualificación), con otros, como las capas más formadas y con mayores
recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún cambio respecto a los
años anteriores a 2008. Pero, asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque
“de esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda clase de
colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y pensionistas, han de pagar el
precio de esta crisis”. Para Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un
hipotético futuro a lo Blade Runner,
sino a una realidad que ya está aconteciendo. “La etapa de bienestar nos ha
inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos caer en el pozo de la
marginalidad. Y no es así”. El ejemplo más claro lo encuentra en los
pensionistas, un colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo
económico (“Son el grupo más leal y siempre votan al partido en el poder, con lo
que, a la hora de hacer recortes, suelen dejarlos para lo último”) pero que van
a vivir tiempos muy duros. “Hoy les dicen que no les van a revalorizar las
pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años se van a dar con un canto
en los dientes. Porque no va a haber dinero para pagar las pensiones, con lo que
muchas de ellas tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto ocurrirá en un
plazo máximo de tres o cuatro años”. Esta pérdida de empleos y prestaciones
llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha clase media que pensó que
su trayectoria vital iba a estar económicamente asegurada. Pero no será así:
“Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una época muy difícil”.
3. Será como hace 60
años, pero peor
En ese declive, alcanzaremos escenarios que pensábamos
estarían del todo olvidados, como fueron los vividos en España en las décadas
posteriores a la guerra. “Estamos volviendo a niveles de los años 50 o 60. Por
ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo piso, sólo que antes
pagaba el padre de familia y ahora lo hace la pensión del abuelo”. La sociedad
española del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y volveremos a ver
chabolas, aunque “no serán de cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi,
pero continuarán siendo infraviviendas”. Muchos españoles se verán obligados a
emigrar, pero ya no será como en los 60, cuando salieron de aquí dos millones de
personas con escasa formación. Ahora es la mano de obra más preparada, como
pasó hace diez años en Argentina, la única que podrá salir de España, porque
en Europa ya no hay oferta para gente sin preparación. También será una sociedad
con más violencia, en la que los pocos ricos existentes, que serán mucho más
ricos, “tendrán que construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica. Los
servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del futuro”.
4. No esperes nada de
la política. Es una pantomima
Todos los partidos con opción de gobierno han renunciado a su
ideología, sean de derechas, de izquierdas o nacionalistas, afirma Muñoz. “El
PSOE hizo el mayor recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos de
los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban siendo salvados con
ayudas públicas, e indultó a Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que
hace al subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo segundo es
incumplir su ideario conservador”. Y esto es una constante, ya que todos quienes
llegan al poder carecen de ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el
principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura Muñoz, en un escenario
muy similar al de Hispanoamérica. “No sé en qué se diferencia el PRI mexicano
del PSOE o del PP. La clase política española está ya formada por castas,
como la de esos países”.
5. No hay
alternativa
Si nada podemos esperar de la política institucional, tampoco
podemos poner grandes expectativas en esos movimientos sociales que se venden
como la solución a las rigideces organizativas de la gran política. Según Muñoz,
los medios de comunicación fomentan un espíritu revolucionario latente, que fue
puesto de manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia común, que
afirma que en un contexto de deterioro del bienestar la conflictividad social
aumentará, Muñoz asegura que no habrá levantamiento alguno. “Lo que
estamos comenzando a vivir en España es lo que llevan años viviendo en
Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres, sin apenas clase media. Y allí
llevan años gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha cambiado a
pesar de la pobreza”. Y aquí pasará igual, afirma, porque “el estado de
bienestar nos ha vacunado contra la revolución. Siento simpatía absoluta por
el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si piensas que por
agitar las manitas blancas los señores de los consejos de administración, que
están al margen de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los derechos se
conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una epidemia de buenismo que
nos hacer creer que haciendo actos simbólicos vamos a conservar el trabajo”. A
pesar de esa contestación callejera, apostilla Muñoz, “se continúa desahuciando
a la gente y se sigue mandando a la pata negra de la clase media a la
marginalidad, aun cuando sea una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan
de tu trabajo con 40 años, lo único que vas a encontrar es trabajo temporal por
600 euros”. Y ese mundo marginal, de pobreza extendida será una constante
habitual en la España de las próximas décadas…
Nos han aborregado tanto, que en vez de luchar nos suicidamos.
ResponderEliminarSaludos.
VAYA PANORAMA!!!! y lo peor.... es que creo que va a ser así.
ResponderEliminarPero la mayoría luchamos por sobrevivir.
ResponderEliminarNo podemos ver solo lo negativo....
El estar aquí,en esta página, ya nos dice que la esperanza no la hemos perdido.
Y esto es lo que hay que resaltar...MUCHA ESPERANZA Y,POR MI PARTE, MUCHA FEE. La batalla no ha terminado, no olvidarlo.
¡¡ UN SALUDO Y ANIMO A TODOS!!
La batalla no habrá terminado pero.... Ya sabemos quienes somos los perdedores y si a esto le añadimos el vídeo del Blog "Victimas del terrorismo político financiero" "¿Qien mueve los hilos?" Ya podemos imaginar cómo acabaremos los que no estamos "arriba".
ResponderEliminarNo nos queda más que seguir aborregados hasta la mendicidad o salir a la calle al enfrentamiento con uñas, dientes y cuchillos de cocina. Esto no se arreglará como no sea con otra revolución. Estamos predestinados a repetir la historia, solo será cuestión de años.
josanpe