Entre pillos anda el juego: el botín de Alfredo Sáenz es un soborno de la mano de Botín (Blog: "Ataque al Poder")
Alguien se puede creer que 88 millones de euros, más un seguro por 11
millones es la indemnización por los servicios prestados por Alfredo Sáenz al
Banco Santander. Será cierto, si sustituimos la palabra indemnización por
“silencio perpetuo” y servicios prestados por “soborno retribuido en el tiempo”
algo parecido a la explicación que dio la Cospedal sobre la extinción laboral de
Barcenas. La corrupción es expansiva, llega de arriba hacia abajo y entremedio
extiende sus tentáculos por las instituciones del Estado. No hay lugar a duda,
la mangancia se instrumenta en una cadena de instituciones y en una abundante
tropa de personajes que actúan en manada de lobos cercando a la presa para
conseguir esplendorosos botines que se reparten alegremente. Vuelta a lo mismo,
serán algunos, o tal vez muchos, que pueden pensar que cuando hablo de
corrupción se me va la olla, espero que los acontecimientos que van saliendo a
la luz puedan otorgar credibilidad al archivo de los horrores en que se ha
convertido Ataquealpoder.
Lo que voy a contar a continuación sucedió
hace un tiempo y fue el atraco del siglo, se trata del asalto a Banesto que de
cara a la galería se ha vendido como un incidente bancario. Los que manejan
los hilos del poder tienen la capacidad de extender una mentira, repetirla miles
de veces a través de sus medios de comunicación, darle la vuelta al asunto,
forrarse con miles de millones e irse de rositas. Los que manejan el tinglado
lo hacen desde sus despachos de caoba en la planta noble pero necesitan de todo
un elenco de personajes para montar el teatrillo que se representa ante el
populacho. Una obra teatral en la que insignes personajes juran en arameo
que el malo de la película es quien se ha llevado el dinero. Entre pillos anda
el juego: Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Banco
Santander, le ha tocado abandonar su responsabilidad con el banco por motivo que
doy por conocido, un delito feo que empequeñece al que ahora se explica. Antes
de entrar en materia me veo en la obligación de detallar los acontecimientos con
una cierta precisión, quizás excesiva para un artículo de estas características,
el motivo no es otro que salvaguardarme de la reacción del sobornado y el
sobornante Emilio Botín, poderosos personajes a los que no les queda más remedio
que tragar, con quina, la verdad de los acontecimientos al apreciar que no se
habla por boca de asno.
La historia empieza un 28 de
diciembre de 1993 cuando el Banco de España nombra un equipo de cinco
administradores provisionales para ocupar el consejo de administración y
diagnosticar los males que aquejaban a Banesto. El equipo estaba encabezado
por Alfredo Sáenz Abad que, procedente del BBV fue designado presidente
ejecutivo del banco intervenido, quien “actuara solidariamente y
ostentando todas las facultades legales de gestión, administración, disposición
y dominio”. Entre esas facultades figuraba expresamente la de “nombrar el
equipo de dirección, incluido el secretario de la entidad, que crea oportuno
para cumplir sus funciones.” Los demás administradores provisionales
nombrados por el banco emisor eran Ildefonso Ayala, proveniente del Banco
Popular; Marcial Portela, de Argentaria; Epifanio Ridruejo, del BCH, y Matías
Rodríguez Inciarte, del Santander. El Banco de España modificó varias veces la
composición del órgano de administración provisional de Banesto, aunque siempre
mantuvo a Alfredo Sáenz Abad al frente del mismo. La última modificación se
produce el 8 de julio de 1994, fecha en que el consejo ejecutivo del Banco de
España designa administradores, junto con Alfredo Sáenz, a Víctor Menéndez, Juan
Carlos Rodríguez Cantarero, Juan Delibes y José Luís Roselló. Por su parte,
Sáenz, en uso de sus facultades para nombrar el equipo directivo, nombró
secretario del órgano provisional de administración a Juan Carlos Rodríguez
Cantarero (13 de enero de 1994) y directores generales a Fernando Gutiérrez –
Ojanguren, Luis Abri1 y Timoteo Patricio (1 de junio de 1994), además de otorgar
amplios poderes en esta ultima fecha a David Arce, José Corral y José Ángel
Merodio.
Estaba
claro que todos ellos desempeñaban funciones públicas en la entidad intervenida.
El articulo 36 de la Ley sobre Disciplina e Intervención de las Entidades de
Crédito, de 29 de julio de 1988, dispone que “en el caso de sustitución del
órgano de administración, los administradores provisionales designados
tendrán el carácter de interventores respecto de los acuerdos de la Junta
general o Asamblea de la entidad de crédito”. Lo que reconocía también una
resolución del ministerio de Economía y Hacienda del 9 de febrero de 1994, según
la cual se trataba de “gestores excepcionales que actúan como meros
ejecutores de la voluntad de la autoridad supervisora, es decir como agentes
del Banco de España”. Sin embargo, por lo que antecede, se puede estar
convencido de que el equipo gestor de Banesto fue nombrado por el Banco de
España. No obstante, “Yo tengo mucha confianza en el magnifico equipo que
he puesto al frente de Banesto…” La cita literal corresponde a la
comparecencia de Emilio Botín ante la Comisión parlamentaria (Boletín
Oficial de las Cortes Generales. Diario de Sesiones del Congreso de los
Diputados, Comisiones, año 1994, V Legislatura, Número 212, página 6506). En
mayo de 1994, cuando se dirigía así a los diputados de la Comisión, “el
magnifico equipo” y su jefe de pelotón, Alfredo Sáenz, eran, teóricamente al
menos, “agentes” nombrados por el Banco de España, y, como se ha dicho,
participaban del ejercicio de funciones públicas. Por tanto, mal podía Botín
haberlos puesto al frente de nada. Lo que sucede es que el subconsciente, sobre
todo a impulsos de la prepotencia, juega a veces malas pasadas y las
palabras del cántabro vinieron a explicar de una manera tan rotunda que, en el
momento de pronunciarlas, Sáenz ya había acordado con Botín, que es reparado de
la vista pero no ciego, el regalo de más de seis millones de acciones de Banesto
por los inestimables servicios que, entre otros, llevaron a la adjudicación del
banco intervenido. El pelotazo del “magnifico equipo” (difícil de igualar
para los estándares de entonces) curiosamente no ha merecido que alguien haya
hablado con propiedad de lo sucedido. A la Hacienda Pública han tenido que
recordárselo, porque si no casi prescribe (casi se mueren del susto), el cobro
de los impuestos a cargo del equipo.
Y
tras ese astronómico regalo dispensado por Botín, hay que sumar el ascenso de
Alfredo Sáenz a consejero del Santander, e incluso, mas tarde, y no es broma, la
medalla de oro al Mérito en el Trabajo. Se la concedió el ministro Pimentel, a
propuesta de Javier Arenas, sin duda por la acrisolada decisión del condecorado
de poner en la calle, mediante procedimientos coactivos y por cuatro perras, a
miles de trabajadores de Banesto. Digamos de pasada que Javier Arenas, por
entonces secretario general del PP es el yerno de Manuel Olivencia, que era
consejero del Banco de España cuando la intervención de Banesto y luego
consejero del Banco Santander. Además del despido masivo de esa legión de
empleados ante el ominoso silencio de los sindicatos de clase, ¿Qué otros
méritos de Sáenz llevaron al ministro a otorgarle la honrosa distinción? Quizás
a continuación encontremos alguno.
EL 25 de abril de 1994 el Santander fue
declarado mejor postor en el concurso para la adjudicación de las acciones de
Banesto. Fijémonos con atención en esta fecha, porque precisamente ese mismo
día la prensa publicaba que el adjudicatario había asignado al equipo gestor de
Banesto el uno por ciento de su capital social, es decir, la friolera de
6.126.594 acciones. Y justamente al día siguiente, el 26 de abril, Emilio Botín
anuncia tan suculento compromiso y lo notifica como “hecho re1evante” a la CNMV.
Digamos también que para corregir y aumentar en plazo record el inexistente
“agujero” de Banesto, se había contado con la colaboración de David Arce,
auditor del Santander, a quien Botín ordeno echar una ojeada a la pieza, por lo
que luego fue ampliamente recompensado con una parte de la dadiva de los seis
millones largos de acciones de Banesto. Al revisar la propicia realidad del
banco intervenido, Arce comento a uno de los afectados: “Es una pena, el
banco esta bien, pero os ha tocado la china”.
De lo que se trataba era de
simular una situación catastrófica en las finanzas de Banesto que el
Banco de España cuantificó un supuesto “agujero” que precisó de
285.000 millones de pesetas de fondos públicos que acabaron en
el bolsillo de Emilio Botín. La
instrumentación del desequilibrio patrimonial de Banesto se aguanto unos años
por los artífices del asalto pero finalmente tuvieron que reconocer que al
año siguiente de la intervención por el Banco de España se recuperaron 596.696
millones de los 605.000 estimados como “agujero”. Ver en la barra del blog
Investiga que algo queda donde podrás encontrar:
El Banco de España fabricó el “agujero” de
Banesto.
También
se supo que se celebró la subasta y el Santander de Botín, inexplicablemente,
presentó la pica sin firmar (como en la ranchera mexicana, “mi palabra es la
1ey…»), dejo fuera de combate a1 BBV que se preveía como ganador. Pero la
operación de entrega del uno por ciento de Banesto a los nuevos consejeros se
había empezado a preparar mucho antes. Si la adjudicación de Banesto al
Santander se produce el 25 de abril y la notificación del “hecho relevante” a la
CNMV se formula el siguiente día 26, es evidente que una operación de tal calado
no se improvisa de la noche a la mañana. Así lo denuncia posteriormente El
Mundo en un reportaje publicado el 26 de mayo de 1999, (cinco años
después de que ocurrieran los acontecimientos) según el cual “El Santander
garantizo los préstamos con que los gestores de Banesto compraron el 1%”. Y
añade: “El diseño de la operación de compraventa del 1% de Banesto comenzó a
pergeñarse antes del mes de julio de 1994, según se desprende de un documento
interno del Bank of America (BofA) al que ha tenido acceso El Mundo”.
Afirmación que se confirma mediante el informe del banco americano,
“Memorandum of Call”, encabezado con la advertencia “altamente
restringido” y fechado el 1 de julio, lo que demuestra que entre Kevin Woods,
director del BofA y Juan Carlos Rodríguez Cantarero, consejero secretario de
Banesto, ya existían negociaciones al respecto, por lo que había mediado el
acuerdo remuneratorio mientras ejercían funciones publicas los perceptores de la
dadiva durante el tiempo que Banesto seguía intervenido. En agosto, el día 1
para ser más precisos, se materializa la compra de las acciones de Banesto por
el Santander. Ese día el Fondo le transfiere 450 millones de acciones, lo que
representa el 73,45% del capital social de la entidad bancaria. Y el 22 de
agosto todo el equipo gestor es confirmado por Botín. Los nombra
administradores “normales” del banco mediante la mayoría aplastante que ostenta
el Santander en el capital social.
Si
bien hasta octubre de 1994 no se materializa el “premio”, cuya entrega fue
prometida y negociada cuando los beneficiarios de la dadiva ejercían funciones
publicas en nombre del Banco de España. En su declaración testifical ante la
Audiencia Nacional, Alfredo Sáenz reconoció que conocía la promesa del Santander
y que el mismo la había comunicado a la CNMV y José Ángel Merodio, cuando
testifico ante el tribunal, reconoció a su vez que Sáenz le había informado
sobre las stock options “en los últimos días de abril o en los primeros días
de mayo”, y concreta “creo recordar que fue el 27 de abril”. El
regalo esta plagado de circunstancias reveladoras de que la consigna era la
“discreción”, o más bien el “disimulo” o la “evanescencia”, sobre su certeza. En
primer lugar, el “listado de cambios de titularidad” comunicado a Banesto por el
Servicio de Compensación y Liquidación (SCL) para su inscripción en el
Registro general de accionistas del banco, indica como titulo de adquisición de
las acciones el de “herencia”. Según dicho Registro, los consejeros
recibieron las acciones a titulo de “herencia”, lo que han intentado explicar
burdamente a posteriori diciendo que ello obedece a un simple error provocado
por la similitud del código numérico que identifica las compraventas y las
herencias. El propio Sáenz señaló a la CNMV que se trata de stock
options, es decir, una forma de remunerar a los directivos consistente en
garantizarles la entrega de acciones de la entidad si se cumple una serie de
objetivos. Tanto el Banco Santander como Alfredo Sáenz y su equipo manifestaron
que esa entrega se realizó en el marco de un programa para incentivar a los
directivos, manifestación falsa de la cruz a la fecha: además de que para
nada se corrobora documentalmente, la entrega se produce el 21 de octubre de
1994, solo unos meses después de ser nombrados consejeros por el Banco
Santander, es decir sin tiempo para cumplir objetivo alguno, y sin que nadie
conozca todavía cuales son estos objetivos. Otro hecho llama también
poderosamente la atención; las falsas stock options no se sometieron a la
aprobación de la junta general de accionistas, cuyo órgano social debía aprobar
esas remuneraciones y las condiciones a que estaban sujetas.
Lo cierto es que la promesa de entregar las acciones a los agraciados la hace
el propio Emilio Botín al día siguiente de adjudicarse el paquete de Banesto,
cuando los gestores eran agentes del Banco de España. Era obvio que si no se
imponía la condición de alcanzar determinados objetivos en su gestión es porque
ya se habían logrado, sobre todo al manipular la existencia de un enorme e
inexistente “agujero”, por lo que tan oscuro pacto difícilmente podía
hacerse publico en junta general. Como he dicho, la entrega de las acciones no
se materializa formalmente hasta el 21 de octubre, es decir, cuando los
administradores provisionales han dejado de ser agentes del Banco de España (una
reiteración necesaria). Los participes informan haber ejercido las stock
options mediante una adquisición de acciones a titulo de compraventa. Tanto
es así que para la CNMV y los auditores del banco se trataba de una simple venta
de acciones hecha por el Santander a los consejeros de Banesto.
Nada se dijo
sobre el hecho de que las compras habían sido financiadas por el Bank of América
y que la financiación estaba garantizada (nominal e intereses) por el Banco
Santander. Una forma de instrumentar un soborno puro y duro. E incluso se
llego a negar que el Santander participase en la operación. La realidad acredita
los documentos correspondientes que distan años luz de la verdad oficial. La
historia concluye en octubre de 1994, cuando el Bank of America presta a los
gestores de Banesto un total de 2.450 millones de pesetas para la compra de 6,1
millones de acciones del banco, a 400 pesetas por titulo. El vendedor del
paquete, el Santander, cumplía así el compromiso que, según afirman los
protagonistas de la comedia, fue asumido como formula para incentivar a Alfredo
Sáenz y sus muchachos.
A
pesar de la importancia de ese paquete accionarial (llegó a tener un valor
bursátil de 16.000 millones de pesetas), el documento que plasma el compromiso y
los objetivos a conseguir no se hicieron nunca públicos. Hoy se sabe que el
Banco Santander estaba detrás de esta operación comprometiéndose ante la entidad
americana a garantizar la devolución de los préstamos y a pagar los
intereses. Según afirmó el propio Bank of America, en uno de sus
documentos internos, “el negocio nos fue remitido por Emilio Botín,
presidente y director ejecutivo del Banco Santander”. El Bank of America
describe la operación en un documento denominado Standard Credit
Memorandum, en el que señala que el “Banco Santander nos ha solicitado la
financiación de un programa de incentivos a los nuevos directivos de
Banesto”. Por medio de estos contratos, el Bank of América prestaría a Sáenz
y al resto de los beneficiarios de la generosa dadiva mediante el desempeño de
funciones públicas como representantes del Banco de España. Alfredo Sáenz
recibió en total 1.225.319 acciones, de las que puso 250.000 a su nombre y
al de Juana María Munoz Prado, y 975.319 a nombre de Liborne, S.L, sociedad que,
según la declaración prestada por el interesado ante la Audiencia Nacional en el
acaso Banesto, pertenece a él, a sus hijos y a su mujer.
Alfredo Sáenz fue el jefe de la banda que asalto
Banesto, el botín fue inmenso y una parte desapareció vía las Islas Vírgenes
Británicas para pasar luego al refugio seguro de Suiza. Ver Se ha iniciado el
punto sin retorno, la economía española ha colapsado en los archivos del mes
de mayo de 2012. A los que viajaban en la misma limusina de Sáenz les
correspondió una parte del botín de Botín. Aquí quedan fotografiados con nombre,
apellido, sociedad instrumental y señora esposa.
*
David Arce recibió 459.495 acciones, de las que puso 200.000 a su nombre
y al de Ascensión Morán Nistal, y 259.495 a nombre de Dadimer, S.L. * Víctor
Menéndez recibió 918.990 acciones, de las que puso 243.990 a su nombre y
al de María José de Miguel Guillamón, y 675.000 a nombre de Belizona, S.L.,
perteneciente a Menéndez y a su familia, según declaro el representante legal de
la sociedad ante la Audiencia Nacional. * José Corral recibió 612.659
acciones, 200.000 a su nombre y al de María Carmen Vallespín Villanueva, y
412.659 a nombre de Tebaco, S.L. * Juan Delibes recibió 459.495 acciones,
300.000 a su nombre y al de Esperanza Espinosa García, y 159.495 a nombre de
Disolmar, S.L., cuyo representante legal declaró, como en los supuestos
anteriores, que pertenecía a Delibes y su familia. * José Ángel Merodio recibió
612.659 acciones, 262.659 a su nombre y al de María Amaya García Plasín,
y 350.000 al de Construcciones y Promociones Gesta, S.L. * Luis Abril recibió
306.329 acciones, 156.329 a su nombre y al de Teresa Mazuelas
Pérez-Cecilia, y 150.000 a nombre de Lorimar, SL. * José Luis Roselló recibió
459.495 acciones a su nombre y al de Asunción Domínguez Bas. * Juan
Carlos Rodríguez Cantarero recibió 306.329 acciones a su nombre y al de
Carmen Calderón Forns. * Fernando Gutiérrez-Ojanguren recibió 459.495
acciones a su nombre y al de Carmen lzarra Balparda. * Timoteo Patricio
recibió 306.329 acciones a su nombre y al de Aurora Romera Andrés.
Todavía hay más, el próximo post tendrá una continuación con el
título: Alfredo Sáenz: Vida y milagros de un trepador
(Enlace a fuente: "Ataque al Poder")
Todo el que quiera saber la obra y milagro del mafioso, en ataquealpoder esta toda,muy larga pero esta casi toda, solo falta en ataquealpoder como botines y pesoéz, tramarón la obra de teatro de afinsa y forun qué todos los de este canal ya sabemos.
ResponderEliminarPreguntale a Aznar, por que dejo toda su agenda, y tuvo que ir a EEUU al rancho de Bush , respuesta , la DEA, tenia trincados al Banco Santander, y al BBVA, en Colombia , lavando dinero del narcotráfico
ResponderEliminar3 meses mas tarde, Aznar sale en la foto de las Azores.
Nada es casual.
Favor por favor.
Iñaki.
Amigos de Canal Afinsa:
ResponderEliminarNo debe bastarnos, con hacer aquí nuestras apariciones o intervenciones, debemos y tenemos que airear toda esta basura que esconden siempre los mismos, debemos procurar abrir los ojos a aquellos que aún creen que el gobierno no intervino y causó nuestra ruina, tenemos que enviar noticias como esta para que vean que ni fuimos los primeros ni seremos los últimos.
Mi sugerencia es que mandéis cuantos correos podáis a fin de dar la máxima publicidad de este tipo de noticias.
Saludos
Qué fuerte, caperu..! para quedarse alelado ya para los restos..xoxoxCM
ResponderEliminarqué buen informe. Ya lo envío a www.loritochivato.es para que lo publiquen con referencia a este canal. Estoy deseando llegue el próximo post
ResponderEliminarToda la vida y milagro de botin esta en ataquealpoder
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