Caso Afinsa: Santiago Pedraz y la convenida decadencia de la clase política - 5.10.12

Las palabras del magistrado Pedraz, ¡excelente título para un best seller”! han levantado ampollas.

Encorsetadas en un auto,  en exceso minucioso, y sin necesidad  alguna de haber sido citadas, no son, en mi opinión, fruto de una incontinencia verbal del juez sino de una manifiesta explosión de rabia y hartazgo ante los “marrones” que los políticos, de uno y otro signo, les largan a los jueces por no saber cumplir con sus obligaciones en el ámbito de la función pública y porque el "idiotes hispánico" (1) está, en términos generales, corrompido hasta la médula.*

Ahí tenemos, sin ir más lejos, el Caso Afinsa que el mismo juez Pedraz lleva instruyendo desde hace más de seis años, y que la decadente clase política, con el ex-ministro de interior Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza,  puso en marcha de manera “convenida” para favorecer los intereses de la Banca.

“Es el propio Gobierno socialista, a través de la Agencia Tributaria, quien denuncia los hechos ante la Fiscalía Anticorrupción en julio de 2005”. ¡Y ya está!. Con esa orden dada desde el Gobierno de Zapatero, tal y como queda reconocido en el Boletín “Puntos de Vista”, editado por la Comisión Ejecutiva Federal del Partido Socialista, con fecha 19 de mayo de 2006, la podrida y convenida clase política de la etapa del inane ZP se lleva por delante dos empresas y el patrimonio, en inversiones filatélicas, de medio millón de clientes.

La maquinaria se pone en marcha, jueces y fiscales actúan y cuando se dan cuenta de que alguien les ha metido en un callejón sin salida, que les han tendido una trampa, el decadente Rubalcaba se ocupa, muy mucho, de cubrirles las espaldas, montando una campaña mediática que ya hubiera querido para si el propio Goebbels, asegurándo su apoyo “petit comité”, en conversaciones mantenidas a lo largo de  tantas cuantas reuniones fueren necesarias (¡¡ay si los reservados de los restaurantes hablasen!!), para impedir que se pusiera el letrero de FIN al circo que ellos, los políticos, les habían montado, a ellos, los jueces y fiscales, a las dos empresas y a nosotros.

Pero eso fueron los socialistas, dirán algunos. ¿Y qué pasa ahora con los Populares? Mismos perros con distintos collares. Y detrás, aullando como mastines de la misma camada, la muy "paternalista" Banca.

Claro que, si uno no quiere, dos no regañan. Si hay algo que sabe hacer Pedraz es redactar autos. Para bien o para mal, este juez cuyas decisiones podrán compartirse, o no, de incompetente no tiene nada y no deja puntada sin hilo. 

Sin embargo, en este último auto, que tanto ha fastidiado a nuestros próceres políticos, podría haber hilado todavía más fino. 

De haberlo hecho, de haber llegado al fondo del asunto, los titulares desplegados por la prensa de hoy podrían haber quedado reflejados de la siguiente manera: ”Santiago Pedraz y la convenida decadencia de la clase judicial y política”. 

La frase-denuncia del magistrado habría resultado así, perfecta.

* Tiene toda la razón Pedraz cuando dice en su auto que la convocatoria fue autorizada por la Delegada del Gobierno. 

Primero lo permiten y luego se quejan y lloriquean. ¡¡Anda ya!!

(1)

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Imperdible etimología de la palabra "Política"

(Enlace a Blog)

Política

Del latín “politicus” y ésta del griego “πολιτικός” (“politikós”), que significa “de los ciudadanos” o “del Estado”, siendo el adjetivo de “πόλις” (“pólis”) que significa “ciudad” pero también “Estado” ya que la ciudad en la Grecia clásica era la única unidad estatal existente (hasta la época de los macedonios, quienes lograron unir grecia bajo un reino). (Nótese también “πόλιτες” (“pólites”) o “ciudadanos”) Proviene de la raiz eundoeuropea *p(o)lH- “lugar cerrado”como en sánscrito “pur, puram” (“ciudad”) o lituano “pilis”-”fuerte”. Similar a la palabra *gharto que significa “encerrar”, que en las lenguas germanas y nuestras derivaría a “jardín” pero que en las eslavas por ejemplo terminaría como “ciudad” en “grad” o “gorod”.

El equivalente latino a sería en realidad “civitas” como “pólis” (de donde viene la palabra “ciudad”) y “civilis” como “politikós” (de donde proviene nuestro adjetivo “civil”. Como fue mencionado anteriormente, la ciudad era la unidad estatal en Grecia, que era una de caracter democrático, un fenómeno que surgió ahí por primera vez en la historia, al menos en aquella europea. De este modo, todos los asuntos del Estado eran asuntos de todos los ciudadanos, es decir, de los habitantes de la ciudad con poder civil. Así los griegos empezaron a llamar a estos temas “politikoí”, en oposición a aquellos personales e intereses privados de los ciudadanos llamados “ἰδιωτικός” (“idiotikós”) o “privados”. Más adelante los hombres que no se preocupasen de los temas concernientes a la “pólis” se llamarían “ἰδιώτες” (“idiotes”), que significaba “ciudadanos privados” pero luego “incultos” o “no conociente de las artes”, derivando siglos más tarde a nuestra palabra actual “idiota”.

Hoy en día el término “político” se encuentra bastante desvirtuado, haciendo creer a la gente que la “política” es una profesión o carrera. Sin embargo, volviendo a las raíces de la palabra se ve que esto no es así y que muchos, de los que se denominan hoy en día “políticos” sólo son “idiotes”, ya que no responden a lo que le concierne al Estado o ciudad, sino que a sus intereses propios. Peculiar es el caso de Argentina, por ejemplo, donde luego de la severa crisis de 2001 la gente empezó a gritar “que se vayan todos (los políticos)!”. Sin embargo, esta orden no tenía ningún destinatario concreto, ya que según el significado griego de la palabra, en Argentina no se encontraba ningún político en el Estado, sino gente que se ocupaba de lucrar y hacer sus ganancias. La solución a la crisis política mundial está en que la gente empiece a pensar más “políticamente” que solo en sus asuntos privados.