Un lector anónimo de Canal Afinsa nos remite un escrito que consideramos está cargado de sentido común y realismo.
Desde esa óptica, queremos compartirlo con vosotros.
¿Y EL PARTIDO POPULAR…?
Es un hecho cierto que el hoy presidente del gobierno de España D. Mariano Rajoy, en 2008 y como líder de la oposición entonces, firmó un documento que conservamos en nuestros archivos, en el que se comprometía a esclarecer las causas que motivaron nuestra expoliación y a propiciar una solución política que nos restituyera los daños perpetrados.
En idéntica actitud favorable se mostraron otros dirigentes populares a lo largo del tiempo transcurrido y en multitud de entrevistas y encuentros celebrados con unos y con otros, como fue el caso de D. Álvaro Nadal, quien llegó a manifestar verbalmente y refiriéndose a los dirigentes socialistas y miembros del gobierno anterior, que “pobre de ellos si se llegara a demostrar que han prevaricado”. Por otra parte, el Sr. Arias Cañete, también nos envió un escrito prometiendo una solución a las pérdidas sufridas.
Así mismo, los señores Martínez Pujalte, Merino López y la hoy ministra de Empleo y Seguridad Social Fátima Báñez, se expresaron con similares posicionamientos. También me consta que distintos senadores y senadoras de la formación política popular, oyeron con sumo interés las exposiciones de personas autorizadas de nuestro colectivo, comprometiéndose a airear el atropello perpetrado si alcanzaban la gobernabilidad de la nación.
Pero amigos y compañeros, todo cuanto se dijo y quedó registrado, fue muy anterior a la declaración del estado de ruina en que los socialistas españoles dejaran a las tierras, ciudades, pueblos y ciudadanos de España. Hoy, nuestra ruina no ha decrecido sino que más bien, se ha acrecentado, porque con el paso de los años y los efectos de la crisis en la que estamos inmersos, habiendo aumentado además la cifra de desempleo, los problemas y necesidades se incrementaron, pero esta lamentable realidad, no debe enturbiar a otra realidad no menos clamorosa, cual es la falta de liquidez en la que los socialistas dejaron las arcas públicas.
No queda nada, no dejaron nada porque arrasaron con todo; y ese tópico popular al que yo también me agarré tratando de arbitrar una solución a nuestro asunto, de que si hay fondos para subvenciones de dudosa justificación debe haberlos también para nosotros, resultó también una falacia, porque esas dádivas en su inmensa mayoría, fueron otorgadas engrosando las deudas del estado que ahora tendremos que abonar los ciudadanos de a pie; vosotros y yo.
No quisiera ser tachado de conformista reconociendo que no quedan fondos para atender nuestras demandas y por tanto no es momento de reclamar nuestros vulnerados derechos, ni tampoco quisiera pasar por un derrotista beligerante que intento hacerlos valer poniéndome de espaldas a una realidad que no admite discusión. Pero el sentido común me está indicando que por mucha necesidad que tengamos y por muchas promesas que se nos hayan hecho, ni es la ocasión, ni se dan las circunstancias para que se nos atienda como merecemos. Necesitamos una sentencia demoledora que avale judicialmente nuestra petición y amordace definitivamente las voces detractoras que siempre nos acusaron de lo que nunca fuimos.
Sólo faltaría que además de los recortes sociales recientemente puestos en vigor; del incremento del IRPF acordado; de la subida en los combustibles y otros productos de primera necesidad; de la pretendida reducción en los salarios y demás medidas tomadas por el gobierno para intentar dejar las cosas en mejor situación de como las dejaron los socialistas, sólo faltaría repito, que en un gesto de condescendencia con la realidad, el gobierno acordara en Consejo de Ministros, abordar la solución de nuestro problema consignando unas cantidades presupuestarias destinadas a restituir las inversiones de los avariciosos y “tontos del haba” de los sellitos. La revuelta estaría asegurada, como asegurada también estaría la pérdida definitiva de nuestros ahorros, cosa que no debemos permitirnos.
Y eso, el Partido Popular lo sabe; como muchos de nosotros también lo sabemos.
Si esos socialistas que ocuparon el poder ― posiblemente merced también a los votos que supuestamente les otorgamos muchos de los que hoy configuramos nuestro colectivo ―, no hubieran provocado esta desolación en la que como país nos dejaron hechos una piltrafa, quizás estuviéramos en unas condiciones más favorables para acercarnos a la Presidencia de la nación y a la sede nacional de su partido, y recordarles sus compromisos para con nosotros que además incluyeron en su programa electoral.
Más acertado vería yo, y que se ajustaría más a la coherencia con las circunstancias, promover una respetuosa protesta o una bien documentada petición ante los organismos jurisdiccionales, en el sentido de demandar agilidad en la finalización de la instrucción abierta desde hace ya casi seis años, y que se eleve a Sala la causa penal, para que definitivamente sea un Tribunal quien despeje todas las dudas planteadas, depure las responsabilidades que hubieran lugar y deje al descubierto el cúmulo de despropósitos que han enturbiado los procedimientos en curso.
Y ya, con una Sentencia absolutoria de la Audiencia Nacional como la pretendida, sumada a la que está a punto de dictarse en la Audiencia Provincial y a las ya dictadas por el Tribunal Supremo y la Sala de lo Contencioso Administrativo, al Juzgado nº 6 de lo Mercantil, no le cabría otra que cesar en sus enredos, declarando nulas sus actuaciones y someterse a asumir las responsabilidades en las que hubiera podido incurrir, por negarse a aceptar la evidencia de sus propias contradicciones.
En unas circunstancias tales como estas diseñadas, el Partido Popular y toda su cúpula, SÍ podrían entonces estar en condiciones de atender lo que por nuestra parte se le pide, y se podría estudiar conjuntamente un plan de restitución que conviniera a las partes, sin menoscabo de poner en marcha las demandas pertinentes a los que se les considerara responsables y partes activas del escarnio cometido.
Así pues y resumiendo: Emprender acciones reivindicativas de manera ordenada y civilizada ante los órganos de justicia, que si de verdad demuestran ser independientes, la razón ha de prosperar y hacerse visible, una vez que han sido defenestrados los causantes de nuestra desolación y la de España entera.
Y que a nadie se le olvide que si hoy no podemos recordar a nuestros gobernantes que cumplan con lo prometido, se debe exclusivamente a la acción destructiva y desoladora emprendida por los socialistas durante sus más de siete años de presencia en las instituciones, que no de gobierno porque nunca supieron qué era eso.
Finalmente y con la máxima modestia y mucho respeto, considero que tomar acciones que no vayan encaminadas en la dirección apuntada o en otra similar, sería como asumir el riesgo de perder absolutamente todo, además de una quema innecesaria de nuestras ya exiguas energías, en beneficio de los verdaderos responsables de nuestra desolación.
(Anónimo)