miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un escenario de pesadilla - 13.12.12


NUESTRO PAÍS, DIRECTO AL TERCER MUNDO

“Chabolas con wifi”: así será España en apenas un par de años"

Un hombre busca enseres en un contenedor del
centro de Madrid. (Reuters/Andrea Comas)
Estamos en el centro de una debacle que resituará a nuestro país en la división de los desfavorecidos

El paréntesis de prosperidad del que hemos disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un escenario, lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no saldremos. Así lo explica el periodista Ramón Muñoz (Madrid, 1964) en España, destino Tercer Mundo (Ed. Deusto) un libro inmisericorde en el que describe con precisión nuestro No futuro. Muñoz habló con El Confidencial, y condensó sus tesis en cinco crudos puntos:

1. Esto no es un paréntesis. Es un cambio para siempre

“Los mercenarios del optimismo (políticos y banqueros, con la complicidad de los periodistas) nos han estado vendiendo desde 2008 que esto es un paréntesis y que volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no estamos ante una crisis cíclica”. La tesis de Ramón Muñoz emparenta esta situación con la depresión de 1929, una época que encontró su solución a través de una guerra mundial y que, por tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna acerca de cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que “vamos a vivir un retroceso brutal en lo que pensábamos que era un estado del bienestar para siempre”.



2. Afectará a todo el mundo y caeremos en la marginalidad

Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de la recesión en toda su intensidad (en general, los ligados a sectores en declive y el trabajo de baja cualificación), con otros, como las capas más formadas y con mayores recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún cambio respecto a los años anteriores a 2008. Pero, asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque “de esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda clase de colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y pensionistas, han de pagar el precio de esta crisis”. Para Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un hipotético futuro a lo Blade Runner, sino a una realidad que ya está aconteciendo. “La etapa de bienestar nos ha inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos caer en el pozo de la marginalidad. Y no es así”. El ejemplo más claro lo encuentra en los pensionistas, un colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo económico (“Son el grupo más leal y siempre votan al partido en el poder, con lo que, a la hora de hacer recortes, suelen dejarlos para lo último”) pero que van a vivir tiempos muy duros. “Hoy les dicen que no les van a revalorizar las pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años se van a dar con un canto en los dientes. Porque no va a haber dinero para pagar las pensiones, con lo que muchas de ellas tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto ocurrirá en un plazo máximo de tres o cuatro años”. Esta pérdida de empleos y prestaciones llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha clase media que pensó que su trayectoria vital iba a estar económicamente asegurada. Pero no será así: “Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una época muy difícil”.

3. Será como hace 60 años, pero peor

En ese declive, alcanzaremos escenarios que pensábamos estarían del todo olvidados, como fueron los vividos en España en las décadas posteriores a la guerra. “Estamos volviendo a niveles de los años 50 o 60. Por ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo piso, sólo que antes pagaba el padre de familia y ahora lo hace la pensión del abuelo”. La sociedad española del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y volveremos a ver chabolas, aunque “no serán de cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi, pero continuarán siendo infraviviendas”. Muchos españoles se verán obligados a emigrar, pero ya no será como en los 60, cuando salieron de aquí dos millones de personas con escasa formación. Ahora es la mano de obra más preparada, como pasó hace diez años en Argentina, la única que podrá salir de España, porque en Europa ya no hay oferta para gente sin preparación. También será una sociedad con más violencia, en la que los pocos ricos existentes, que serán mucho más ricos, “tendrán que construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica. Los servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del futuro”.



4. No esperes nada de la política. Es una pantomima

Todos los partidos con opción de gobierno han renunciado a su ideología, sean de derechas, de izquierdas o nacionalistas, afirma Muñoz. “El PSOE hizo el mayor recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos de los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban siendo salvados con ayudas públicas, e indultó a Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que hace al subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo segundo es incumplir su ideario conservador”. Y esto es una constante, ya que todos quienes llegan al poder carecen de ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura Muñoz, en un escenario muy similar al de Hispanoamérica. “No sé en qué se diferencia el PRI mexicano del PSOE o del PP. La clase política española está ya formada por castas, como la de esos países”.

5. No hay alternativa

Si nada podemos esperar de la política institucional, tampoco podemos poner grandes expectativas en esos movimientos sociales que se venden como la solución a las rigideces organizativas de la gran política. Según Muñoz, los medios de comunicación fomentan un espíritu revolucionario latente, que fue puesto de manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia común, que afirma que en un contexto de deterioro del bienestar la conflictividad social aumentará, Muñoz asegura que no habrá levantamiento alguno. “Lo que estamos comenzando a vivir en España es lo que llevan años viviendo en Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres, sin apenas clase media. Y allí llevan años gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha cambiado a pesar de la pobreza”. Y aquí pasará igual, afirma, porque “el estado de bienestar nos ha vacunado contra la revolución. Siento simpatía absoluta por el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si piensas que por agitar las manitas blancas los señores de los consejos de administración, que están al margen de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los derechos se conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una epidemia de buenismo que nos hacer creer que haciendo actos simbólicos vamos a conservar el trabajo”. A pesar de esa contestación callejera, apostilla Muñoz, “se continúa desahuciando a la gente y se sigue mandando a la pata negra de la clase media a la marginalidad, aun cuando sea una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan de tu trabajo con 40 años, lo único que vas a encontrar es trabajo temporal por 600 euros”. Y ese mundo marginal, de pobreza extendida será una constante habitual en la España de las próximas décadas…


4 comentarios:

  1. Nos han aborregado tanto, que en vez de luchar nos suicidamos.

    Saludos.

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  2. VAYA PANORAMA!!!! y lo peor.... es que creo que va a ser así.

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  3. Pero la mayoría luchamos por sobrevivir.
    No podemos ver solo lo negativo....
    El estar aquí,en esta página, ya nos dice que la esperanza no la hemos perdido.
    Y esto es lo que hay que resaltar...MUCHA ESPERANZA Y,POR MI PARTE, MUCHA FEE. La batalla no ha terminado, no olvidarlo.
    ¡¡ UN SALUDO Y ANIMO A TODOS!!

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  4. La batalla no habrá terminado pero.... Ya sabemos quienes somos los perdedores y si a esto le añadimos el vídeo del Blog "Victimas del terrorismo político financiero" "¿Qien mueve los hilos?" Ya podemos imaginar cómo acabaremos los que no estamos "arriba".
    No nos queda más que seguir aborregados hasta la mendicidad o salir a la calle al enfrentamiento con uñas, dientes y cuchillos de cocina. Esto no se arreglará como no sea con otra revolución. Estamos predestinados a repetir la historia, solo será cuestión de años.

    josanpe

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