Más de cuatrocientas firmas avalan e impulsan la Petición que dirigimos al Ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón.
En línea con la iniciativa, quisiera recoger aquí la sugerencia de una compañera (C.M.), que considero muy interesante. Reproduzco textualmente su propuesta, enviada al blog mediante un comentario:
"gual estoy majareta, pero se me ocurre que podríamos mandar copia o escrito o petición similar al Rey Don Juan Carlos, al Defensor del Pueblo, a la prensa, radio y televisión de éste país y de toda Europa (me ofrezco para traducir cualquier texto al inglés, incluído el de "Go Petition"),al Tribunal de la Haya, etc...¿qué pensáis? Digo yo que al menos se parecerá a una "cacerolada" general...CM"
Todos aquellos que quieran aportar direcciones a las que podamos remitir copia de nuestra Petición, serán muy bienvenidos. Por el momento, inserto las enviada por nuestra compañera, Fina.
Muchas gracias, "C.M". Acepto encantada tu ofrecimiento para la traducción a ingles del escrito de "Go Petition". Este es el correo al que puedes enviar el texto cuando lo tengas listo.
Tan pronto lo reciba, quedará insertado en la entrada correspondiente, para que circule tanto como sea posible.
NOTA: Hoy día 10 ha quedado insertada la traducción en una nueva sección que bajo el título de "Tablón de Anuncios", queda abierta a efectos de dar traslado de propuestas e iniciativas interesantes, lanzadas a través de los mensajes que se van insertando en el Blog.
(Enlace a "Tablón de Anuncios")
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En otro orden de cosas, inserto a continuación un texto que, bajo el título: "La responsabilidad social del periodismo frente a la noticia como mercancía", merece la pena leer.
Si a los irresponsables periodistas que trabajan en una cadena de televisión "oficial", se les pudiese acusar de prevaricación por "abuso de poder", televisión española, como "ente", junto con su directora de "Informe Semanal", encabezarían la lista de la querella criminal que yo, personalmente, interpondría contra ellos en un Juzgado.
Buen día para todos.
"La responsabilidad social del periodismo, frente a la noticia como mercancía".
Lic. Silvia Vizcarra ©
Argentina
Frecuentemente, la ocurrencia de ciertos
hechos lamentables nos demuestran que estamos atravesando por una grave crisis
de los valores tradicionales. De forma general se observa que principios
fundamentales considerados antaño de carácter universal, han perdido vigencia
como sistema de valores, incidiendo negativamente en las diferentes actividades
sociales, donde el Periodismo en cuanto tal, no se encuentra ajeno al
problema.
Pero antes de
cualquier reflexión, resulta necesario aclarar qué se entiende por
valor.
Diversos
autores coinciden en que el valor va siempre unido a una necesidad; es decir, a
un objeto se le atribuye valor porque tiene cualidades que responden a
determinadas necesidades. En consecuencia, “ el valor no existe en sí. Es la
propiedad que adquiere una cosa o una actitud para alguien porque responde a una
necesidad “ ( 1 )
Desde este
punto de vista, en una sociedad habrá tantos valores como necesidades. El valor
es común a todos los seres humanos, pero cada uno hace su descubrimiento
individualmente como resultado de una aventura personal. “Conocer los valores y
cultivarlos es una forma de integrarse a la familia humana.” ( 2 )
Precisamente
el estudio de estos valores, de su esencia, obligatoriedad y validez para todos
los hombres, es lo que conocemos como ética; “es la ciencia de los valores
morales y de su realización por obra de los hombres” . ( 3 )
En cuanto
ciencia práctica, la ética no constituye un saber por el saber mismo, sino un
saber para la práctica, que nace de práctica, porque se refiere a las acciones
de las personas que son controladas por la razón y por la voluntad, cuando
actúan libremente. La ética no pregunta cómo se conducen los hombres, esa tarea
le compete a la moral; sino que ella establece cómo deben conducirse.
En esta
delimitación se evidencian las diferencias entre ambos términos, a pesar de que
coincidan en el sentido de su origen etimológico: "Costumbre". Estudiosos de la
materia establecen que una de las distinciones más aceptadas entre sendos
conceptos es aquella que considera la moral como el “conjunto de juicios de
valor de los ideales, virtudes e instituciones morales“: definiendo a su vez a
la ética como la “investigación filosófica para buscar la fundamentación de la
moral“. ( 4 )
Aclarados los
términos y volviendo al tema que nos ocupa, cabe recordar que el ejercicio
profesional en general se cimenta en el respeto de ciertos valores, y siguiendo
determinadas normas de conducta. Además, existe consenso sobre la existencia de
unos valores que distinguen a una determinada profesión y le dan fisonomía
propia. En el Periodismo, a ese valor distintivo lo constituye la
veracidad.
Buscar sólo la
verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, es la actitud diaria que toda
comunidad humana reclama al profesional de la comunicación, consciente de que
las mentiras o medias verdades difundidas por diversos medios les impiden
conocer la realidad, lo que realmente está sucediendo.
Sólo en la
medida en que las reacciones humanas se fortalecen por la verdad de las palabras
y de las actitudes, crece la necesidad de veracidad y ésta se convierte en
valor.” ( 5 )
Así, la verdad
constituye la base ética del medio, su razón de ser. Y la libertad de
información estará más protegida si los periodistas concientizados acerca de su
responsabilidad profesional, tratan de llegar a ella informando oportuna, y
objetivamente.
Sin embargo,
la irresponsabilidad con que se conducen muchos de los profesionales de la
comunicación nos demuestra que esa concientización está muy lejos de alcanzar.
La venalidad, la aceptación de prebendas, el sometimiento a intereses
económicos, el culto al dinero, son actitudes que se evidencian hoy en día,
afectando la credibilidad tanto de justos como de pecadores, contribuyendo al
desprestigio general de la profesión, y haciendo perder de vista que el último
fin del Periodismo es la búsqueda del bien común, y no el éxito
individual.
Considerando
que dentro de los sectores económicos mundiales, el de la Comunicación es el que
más rápido desarrollo y crecimiento ha tenido, ocupando los medios masivos un
lugar preponderante en cuanto empresa, considero importante hacer una breve
reflexión de la responsabilidad social que le compete al periodista frente a la
información considerada como una mercancía desde una perspectiva
empresarial.
Ante el hecho
de que los medios de comunicación además de efectuar un servicio que es público
son también una industria que debe ser económicamente rentable para seguir
funcionando, cabe esperar el surgimiento de conflictos entre los profesionales y
las empresas, debido a la dificultad de compaginar los intereses y las
convicciones morales.
Este problema
moral que afecta a los deberes y derechos de los profesionales debe ser resuelto
en el contexto de una ética de los profesionales de la información, en cuanto
concierne a sus fidelidades y lealtades para con la empresa a la que pertenecen,
y para con la sociedad a la que sirven.
La empresa
informativa.
Los medios masivos efectúan una función mediadora entre la realidad y quien no tiene acceso directo o fácil a ella. Al reflejarla, los medios la interpretan y “ manipulan”; es decir, trabajan sobre ella –ya que no les viene totalmente dada- para ofrecérsela y explicársela a un público que la desconoce. Esta libertad para comunicar que tienen los medios, “debe ajustarse a dos grandes limitaciones, si quieren ser respetuosos con los derechos básicos de cada cual: no debe perjudicar a la libertad de nadie, y debe utilizarse para bien y no para mal”. ( 6 )
Sin embargo,
la realidad nos muestra que son pocos los medios que se ajustan a dichas
limitaciones. El mayor daño que los medios hacen consiste en informar de lo que
no deben o en meterse donde no les está permitido hacerlo porque a nadie le hace
falta que lo hagan. En publicar aquello que debe ser privado, con la intención
de hacer lo más "vendible", se evidencia claramente que el derecho a la
intimidad y a la propia imagen es uno de los derechos más amenazados por la
libertad de expresión.
Podría
afirmarse de que se trata de un “conflicto entre libertades; la libertad del
individuo a ser soberano en su ámbito privado” (derecho a la intimidad), “contra
la libertad del medio a revelar lo que ocurre en ese ámbito cuando juzga que es
de interés general“ (libertad de expresión). ( 7 )
La catedrática
de Filosofía del Derecho, Moral y Política de la Universidad Autónoma de
Barcelona, Victoria Camps, considera que cuando ambos derechos chocan entre sí,
es porque se ha cruzado entre ellos el interés económico que es ciego frente a
los derechos humanos.
Los medios de
comunicación no son agrupaciones altruistas de profesionales con el único fin de
informar correctamente de lo que ocurre. Son empresas con ánimo de lucro que
deben responder al objetivo prioritario de maximizar sus beneficios. Por lo
tanto, como cualquier otra empresa, tienen que cumplir con diversas funciones:
Ser competitivas en el mercado, lanzar productos de calidad, aumentar la
profesionalidad de sus empleados, generar beneficios y asegurar su capacidad de
permanencia.
Así, se puede
definir a la empresa informativa como “aquella que se dedica a la compra-venta
de informaciones y, por consiguiente, abre un mercado de noticias, en el que la
principal mercancía ( el objeto de comercio) es la información”. ( 8
)
Precisamente
este peculiar producto es el que le otorga a la empresa periodística su carácter
especial, justificando la índole particular de los deberes éticos de quienes la
gerencian o son sus dueños, y su primordial responsabilidad respecto del público
en general. La ética de la empresa no intentaría cambiar o controlar la conducta
de las personas, sino que más bien estaría dedicada a las ”estrategias para la
toma de las decisiones“; es decir, entraría en el proceso de reflexión sobre las
razones que existen para adoptar un determinado curso de acción entre posibles
alternativas.
Dentro de esta
ética empresarial, la empresa informativa no sería una organización económica,
sino que sería concebida como una corporación con fuerza para el cambio social,
una institución social, que tiene una responsabilidad con la sociedad, además de
con los accionistas y empleados.
Sin embargo,
la realidad nos demuestra que esa anhelada ética que debería regir los medios de
comunicación no deja de ser una utopía. Resulta repudiable leer, escuchar y ver
cómo algunos mensajes degradan la prensa en sus niveles de credibilidad,
anteponiendo el valor del dinero como objetivo fundamental.
Pareciera que
el único fin es vender, recabar audiencias, y que ésta es la mejor forma de
servir a un público extenso e indiscriminado.
“La ecuación
es muy sencilla y puramente numérica: a más ventas, más acierto y más prestigio
profesional”. Parece una ecuación válida, pero es falsa. La sociedad de consumo
produce en exceso y tiene que vender todo lo que produce. Para ello ha de crear
la necesidad del consumo y la necesidad de unos productos, la mayoría de los
cuales son perfectamente inútiles. Sin embargo, “el consumidor acaba verificando
la veracidad de las ofertas, y acaba cansándose de los fraudes y los engaños”. (
9 )
El afán de
informar primero y más vivamente que los competidores sacrificando la
confirmación de los hechos, apelar al sensacionalismo, desfigurar la realidad
para hacerla más apetecible y por ende más “vendible”, son unas de las razones
por las que el ejercicio profesional del Periodismo, ha sido colocado en el
banco de las críticas del gran público en general.
En efecto, la
creciente competencia entre noticieros y periódicos lleva a veces a que quien se
considera dueño de una primicia la exagere, con el fin de atraer más la atención
de los receptores.
José Manuel de
Pablos Coello advierte que este tipo de intervenciones que atentan contra la
prensa seria y respetable se encuadran dentro de la llamada prensa amarilla, la
cual reconocemos como la antítesis del Periodismo serio, riguroso, objetivo y
transportador de la verdad. “Prensa capaz de provocar la noticia aún cuando no
existe y de deformar la información con el fin de hacerla más atractiva y
comercial, para el crédulo lector”. ( 10 )
Precisamente,
uno de los vicios del sensacionalismo es la magnificación: al inflar una noticia
más allá de sus justas proporciones, se pueden obtener dividendos en la
expectativa y en la atención que el tema logre crear. “La experiencia demuestra
hasta qué punto es posible contradecir el principio periodístico de la verdad
conceptual con hechos magnificados”. ( 11 )
Es posible que
el sensacionalismo y el escándalo produzcan una rentabilidad económica
inmediata. Sin embargo, tarde o temprano gran parte del público consumidor acaba
dándose cuenta de la baja calidad de los productos que los medios ofrecen.
Cuando esto sucede, cuando se descubre que el público discrimina más de lo que
pudiera sospecharse o creerse, se apela a la ética.
“La apelación
a la ética, tiene, pues, una explicación pragmática, de eficacia”. ( 12 ) El
engaño, la falta de contrastación de las fuentes, la ocultación de datos, la
verdad a medias, el dar gato por liebre, redundan en la falta de confianza y de
credibilidad. De un modo u otro se reconoce que la fidelidad a unos principios y
el autocontrol –y en eso consiste la ética- es también rentable: otorga
credibilidad y da prestigio.
La información
y el entretenimiento que los medios de comunicación ofrezcan a sus públicos,
deben cimentarse en el respeto a los derechos fundamentales. Hay demasiado
insulto, demasiado rumor expresado como hecho cierto, demasiada explotación del
dolor ajeno, demasiada irresponsabilidad. No es lícito informar de cualquier
modo, como no es lícito entretener de cualquier manera.
No es lícito
hacer una u otra cosa sin el respeto debido a la dignidad de cada persona, sea
cual sea su rango o su lugar en la sociedad. No todo se puede convertir en
mercancía.
Si los
productos que más atentan cada día contra la ética fueran siempre los que más se
vendieran, significaría que la sociedad está enferma.
La
responsabilidad social del periodista.
La libertad (que en ética significa autonomía del individuo para crear sus propias normas) es peligrosa si no va unida a la responsabilidad. Ésta es la capacidad de responder de lo que uno hace, ante quien tiene derecho a exigir unas lealtades o unos resultados.
De los
derechos amparados por las constituciones nacionales de los países, los de la
libertad de expresión y el derecho a la información constituyen los fundamentos
sustanciales de toda sociedad democrática.
De la plena
vigencia, vigor y respeto de los mismos dependerá la existencia de una opinión
pública plural e independiente, lo cual es requisito indispensable para el buen
desarrollo de la vida pública y la plenitud del sistema democrático.
A su vez, la
garantía de los derechos de los ciudadanos requiere la defensa de una prensa
libre, crítica, plural y abierta a la sociedad a la que sirve. Por ello, la
importancia de la función social que presta el periodista a través de los medios
como elemento principal para el ejercicio de estos derechos, “exige salvaguardar
permanentemente estos principios de cualquier intento de restricción o coacción
procedente de toda forma de poder, así como de su posible degradación, producida
por su eventual inobservancia o adulteración por los propios medios o de quienes
trabajan en ellos”. ( 13 )
En tanto actor
principal del ejercicio de un derecho fundamental del que son depositarios todos
los ciudadanos, el profesional de la información deberá luchar por mantener los
más altos niveles de responsabilidad y honestidad en su tarea diaria.
Al respecto,
las normas éticas le indican que deberá responder tanto por su trabajo, como por
las consecuencias que de éste se generen. Por eso, “antes de emitir o de
publicar un mensaje, debe ser consciente del poder del instrumento que usa y de
los efectos que puede provocar”. ( 14 )
El periodista
influye en la conciencia de la sociedad: Tiene una responsabilidad política e
ideológica. Por lo tanto, ese sentido de responsabilidad debe obligarle a ir más
allá de la presentación escueta de los hechos; a verificar los datos, contrastar
las fuentes, averiguar y presentar los antecedentes, el contexto y las
consecuencias del hecho noticioso.
Deberá buscar
y llegar a la verdad, verificando la información a través de diversas fuentes,
adoptando una posición analítica frente a las mismas, confrontándolas y
comprobando sus afirmaciones.
Solo así podrá
llegar a la verdad propiamente dicha, ya que si obtiene una verdad a medias,
será una verdad mutilada, deformadora de los hechos objetivos, y con posibles
nefastas consecuencias para la sociedad en su conjunto.
“Como
respuesta a informaciones dadas a la ligera, alguien puede perder bienes
preciosos como la libertad o la vida, y la sociedad puede padecer males
incalculables. No prever esa respuesta o consecuencias de las informaciones es
actuar con irresponsabilidad". ( 15 )
El periodista
debe recordar que el daño causado no puede jamás ser totalmente
reparado.
Sean Mac-Bride
estableció una clasificación de las responsabilidades que le competen al
profesional de la comunicación. Según este autor, la primera y fundamental
responsabilidad del mismo, “es la que ha contraído con la opinión pública y la
sociedad en su conjunto. La complementan una responsabilidad para con la
comunidad internacional, que tiene que ver con el respeto a los valores
universales. Subordinadas a estas dos se reconocen la responsabilidad
contractual para con la empresa a la que presta su servicio profesional, y una
cuarta responsabilidad derivada del respeto a la ley civil y penal”. ( 16
)
María Teresa
Herrán y Javier Restrepo afirman que, de acuerdo a los principios éticos, el
periodista es responsable en primer lugar ante el público al que se dirige
cuando informa, y sólo en segundo y tercer lugar, ante los poderes públicos y
ante su empresa.
Llegado a este
punto, conviene reflexionar acerca de los deberes éticos que el periodista tiene
para con su empresa. “Pertenecer a una empresa periodística es también un asunto
de mística”. ( 17 )
En la primera
parte de este artículo hice referencia a la influencia del beneficio económico
en el tratamiento periodístico dado por diferentes medios masivos. En una
sociedad que se mueve con los valores del dinero, cabe destacar que el
periodismo es para enriquecerse, pero con la satisfacción de prestarle un
servicio a la comunidad. Dentro de una empresa informativa, todos los
integrantes de la misma deben luchar por una misma causa. Para un periodista, la
solidaridad con su empresa son actitudes que según Herrán y Restrepo, se derivan
de dos deberes éticos: deber de disponibilidad; es decir, de dar lo mejor de sí
mismo a su empresa, y estar en constante disponibilidad tanto ética como
profesional; y por otro lado, el deber de lealtad para con ella.
Pero esta
obligación moral de lealtad con el medio en el cual trabaja el periodista tiene
un límite preciso para el mismo: “No hacer, por solicitud de la empresa, nada
que contraríe los principios fundamentales de la ética periodística. Y en este
aspecto cabe recalcar que el periodista que sucumbe a presiones indebidas por su
empresa pierde poco a poco credibilidad como profesional”:
A modo de
resumen puedo decir, entonces, que el ejercicio profesional del periodista tiene
sus cimientos fundamentales en el hecho de suministrar información a la
comunidad en la que actúa, de manera veraz, objetiva y oportuna y de ponerse al
servicio del bien común. Por tanto, “sus obligaciones para con la empresa deben
supeditarse a las mencionadas responsabilidades máximas, que ningún interés
particular de ésta puede vulnerar”. (18)
Como un
agravante más del problema, se han registrado casos en que para actuar en forma
ética, algunos profesionales debieron sufrir represalias de orden económico.
Como contrapartida, se ha registrado otros tantos casos en los que por el miedo
a perder la fuente de trabajo se han visto “en la obligación” de actuar de
manera antiética.
El artículo
décimo del Código de Ética y Responsabilidad del Círculo de Periodistas de
Bogotá establece al respecto que “el periodista tiene la obligación moral de
actuar de acuerdo con su conciencia y no puede ser sancionado por
ello.
En
consecuencia, las empresas periodísticas no podrán aplicar sanción o
desmejoramiento laboral por el cumplimiento de ese deber ético en el ejercicio
profesional”.
Conclusiones.
De lo expuesto hasta
aquí, cabe concluir que la manipulación empresarial que se ejecuta en los medios
masivos de comunicación, con el fin de satisfacer intereses no colectivos,
destruye notablemente la verdadera esencia de los mismos, eliminando la función
social para la que fueron concebidos.
Un profesional
de la comunicación en la actualidad, si quiere trabajar y vivir de aquello para
lo que se ha preparado, debe subordinarse a los compromisos económicos y
políticos de la empresa a la que pertenece, perdiendo de esa forma la
independencia informativa y no atendiendo en consecuencia, al principio general
de procurar el bien común.
Así, el daño
más grave se manifiesta en la deformación y censura de la transmisión de ideas
políticas y sociales.
Censura puesta
al servicio de la empresa, cuyo resultado final es la distorsión de la realidad
y el empobrecimiento de las ideas
(Fuente: Revista Latina de Comunicación Social).
Mi querida Mila, esto es lo que tenemos:
ResponderEliminar"UN MUNDO LLENO DE CAMALEONES".
Hola Mila:
ResponderEliminarComo adelanté en mis comentarios, Informe Semanal no trató el caso ni con profesionalidad y mucho menos con veracidad. Mientras haya tanto mercenario de la información, estaremos sujetos a este tipo de manipulación.
Te ruego hagas más extensivos y clarificantes tus comentarios al respecto de esta susodicha periodista que me imagino que por ser directora también será periodista o algo similar.
Espero comprendas que habrá afectados que por la época que es, estén de vacaciones, otros que por las causas que sean no hayan visto este esperpento de Informe al servicio del poder como ha sido el caso. Y otros que nos hemos quedado sin entender muy bien qué motivos tienes tu para demandar a esta gente que no tengamos nosotros.
Si hubiese algo que puedas contar y que no ha llegado a nuestro conocimiento, por mi parte me encantaría saberlo y creo que a los demás afectados también.
Gracias por todo lo que estás haciendo y sigue procurando mantenernos “despiertos”
Hola josanpe: Nada que clarificar, amigo mio. Sois muy inteligentes y os dais perfecta cuenta de quienes están detrás de esta basura.
ResponderEliminarEs solo que ante las acusaciones directas vertidas por esta "pesudo-profesional" del periodismo, que se salta desde su posición de "poder" mediático el derecho que le asiste a cualquier ciudadano a un principio amparado por la propia Constitución, como lo es el de la presunción de inocencia, me ratifico en que, si fuera funcionaria, que no lo es, y pudiera interponerse contra ella una querella criminal por prevaricación, yo sería la primera en encabezar la lista de los que quisieran estampar su firma en el documento que se presentase ante los juzgados.
Todo el reportaje es una auténtica basura, aunque esté narrado con "voz melosa". No sé qué contendrá el puñetero informe judicial de Fórum, pero lo que quiera que sea, tendrá que dirimirse en sede judicial. Y las acusaciones en él vertidas, deberán probarse.
Pero claro, si dice eso, no le hace la ola de turno a Rubalcaba ni a la Fiscalía. ¿O es que se creen que somos idiotas y no nos damos cuenta de cuál es la jugada?
¡¡Y los del Gobierno sin relevar a toda esta basura!!
Un abrazo, amigo mio.(Seguiremos con los ojos bien abiertos y en vela) :-)
Mila