Siempre hemos oído que “Nada es tan importante como la vida misma”, al fin y al cabo nada hay que pueda reemplazarla, pero ¿es del todo cierta esta afirmación o acaso existe algo más importante que la vida misma? Darwin diría que no y lo afirmaría con argumentos sobre la supervivencia del más apto; quizás este pensamiento evolutivo lleve a muchos a pensar que lo que impera en el mundo es la Ley de la Selva y dominados por esta forma de entender la vida existan aquellos que como animales irracionales apliquen a su vida y la de los demás, que toda acción tiene un móvil egoísta.
…………! Claro! Acabo de darme cuenta, después de esta reflexión en voz alta, de porque muchos en su día tildaron a los clientes de Afinsa de aprovechados, de querer obtener un interés desmedido, de manifestar un deseo de avaricia suprema, etcétera, etcétera, y de porque terminaban con el consabido “Tienen lo que merecen”;! ahora lo entiendo todo! Es más puedo llegar a entender porque aún hoy, decir que eres un afectado de la intervención de Afinsa produce en otros, no un sentimiento de empatía y compresión, sino de algo como: ” Es lo que mereces”
Felizmente, que sería de la vida sin aquellas cosas que la sustentan; me niego rotundamente a que me tilden de alguien con cualidades animales, ávido de obtener solo ventaja material; en mi vida existía y existe como creo que en muchos otros, esperanza, ilusión, fe, optimismo y amor; si me dejase influir solo por la pérdida material que el gobierno me ha causado al intervenir a Afinsa y créanme que es mucha, le daría la razón a Darwin y sus acólitos; todo lo que tenia de verdadero valor sigue intacto y espero conservarlo toda la vida.
Salvador González Gómez.
Suscribo todo lo dicho por ti Salvador sin quitarle punto ni coma.
ResponderEliminarY yo también, Salvador. Como dice este compañero Anónimo tambien como yo, si solo nos dolieran las monedas que nos han retenido cautelarmente, no estaríamos reclamando que nos restituyan nuestra dignidad como ciudadanos libres y que impere de una vez esa justicia tan anunciada y tan distante aun.
ResponderEliminarA Cristo lo vendieron por treinta asquerosas monedas, y vaya si compraron barata la vida del Redentor - con la que acabaron -, apoyandose y aplicando una justicia caprichosa, como la que se está aplicando en nuestro caso. Y todo, en cumplimiento de un mandato Divino como se lee en las Sagradas Escrituras.
Pero nosotros no figurábamos escrito en ninguna parte; por eso nadie nos compró y porque no estuvimos nunca en venta. Nosotros somos víctimas de unos miserables caprichosos y unos malvados descerebrados, que además, se sintieron aplaudidos y vitoreados por una prensa que resaltaba cualquier atrocidad por ellos cometida, para asegurarse el pienso.
Y como bien dices, son otros los valores que poseemos y que jamás nos arrebataron. Yo también y a pesar de mis años o quizás por eso, soy rico en esperanza, ilusión, fe, optimismo y amor. Sólo le pido a la Providencia tiempo para poder ver cómo triunfa la Justicia, y con su victoria, poder sonreir recuperando todo lo que me incautaron. A mí, y a los que como yo, como nosotros, vamos atravesando este árido desierto.